Hay un Reino que subyace
en las penumbras del bosque,
donde fieros soldados custodian
las embestidas de la luz.
Madre quiero ser soldado
de ese Reino que no habito
—en la negritud del bosque—,
quiero cerrar con mis patas
la última línea luminosa
que me separa del mundo,
quiero entrar en el seno
de ese minúsculo instante
para llevar con orgullo
prendida al casco mis antenas.
y quiero ser fiel vigía
de aquellas hermanas obreras
que se adentran en el confín
de otros reinos enemigos.
Madre no abras la puerta
que no quiero traspasar,
déjame que me presente
con mi piel recién estrenada;
ella —la Reina— me está esperando
¡ya sabe de mis deseos!
No temo al pico del pinzón
ni a las agujas del pino;
en estas fútiles paredes,
he formado el armazón
con el que conquistaré la gloria
y la sumisión del tiempo.
Tan dentro estoy ya en mí
que no necesito el suelo
para sustentar si quiera
por un momento mi tibia.
Madre quiero ser leal partícipe
del cambio brusco,
de la conversión inevitable
en tierra de la propia Tierra.
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Autor:
J.R. Infante (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2025 a las 06:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Andy Lakota👨🚀, EmilianoDR
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