CHARLAS MARGINALES DE UNA BOHEMIA

EL QUETZAL EN VUELO



Dentro de la bohemia celeste. Charlaban unos   poemas, una hoja en blanco y un triste bolígrafo con una tinta terminal y el sentimiento colgado del brillo de la luna. Fuera de la ilusión y la añoranza este dialogo es difícil, decía tristemente el bolígrafo, pues nunca te expresas abiertamente dijo la pluma y tus versos como siempre, recurran a ese tu silencio.

 

 

Como siempre tú, como tus poemas también. Escuchan lees y te comportas como quien ve llover desde el tejado. Pareciera que el sangrar del bolígrafo cae fuera de tus letras sin embargo el rubor de tu alma, vuelve a gritar muy para adentro lo que siempre simula con artilugios ese sentimiento y vuelve sus ojos, su cara, su imagen adorada en cada verso.

 

 

El silencio de la hoja, inquieta a tus letras y preguntas ¿Vos, que piensa de mí? Ha aparecido en mi cuerpo miles de veces en cada letra va tu nombre, he consumido la vida de nuestro amigo Boli, destilando gemidos como un nazareno en viernes santo y solo recibo una alusión grupal. Nunca el reconocimiento directo al sacrificio de sobrevivir a mil intentos.

 

 

Ante semejante escenario de juicio sumario, las letras declaran pertenencia e inocencia. Rechaza ser la autora intelectual por los reclamos de la noche, un viejo bolígrafo y la hoja vacía. Asegura que sus versos no son esos dardos de amor que han traspasado el corazón de la hoja; Son letras, que se esparcen en el campo de la literatura. Solo eso. Nada más.

 

 

Como letra, soy libre, cuando esas letras se tornan sentimiento y poemas, tienen reservado el derecho de amor. La poeta es solo trasmisora del sentimiento, que provocan en el silencio esas letras que dices que ignoro. La verdad es que yo siempre he afirmado y dicho que si las leo, también las lloro y sangro en silencio ante la imposibilidad de salir de este encierro.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

 

 

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