Dejo el mar atado a tus ojos
la luna en tus pechos tiernos,
la luz en tu entrepierna.
Te dejo mi sombra en la cama
el acorde en los capullos de rosa,
nuestro amor en el guaje.
Desnuda como la noche de marzo,
te recorren mis deseos palmo a palmo,
y la luz tenue de una habitación.
Muerdes mi piel tibia,
hambre que nos arrebata el sueño.
Te entretejes a mi carne
huimos de nosotros
por la sed que nos llama.
Este arrebato de labios y manos
de sangre y fuego,
y el himno de los amantes, la petite mort.
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Autor:
Mil vaggio (
Offline)
- Publicado: 8 de febrero de 2025 a las 03:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Mael Lorens, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa, Mr Way, Ricardo Castillo.
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