Horas vanas, por Francisco Aznar, mi padre

Patricia Aznar Laffont


AVISO DE AUSENCIA DE Patricia Aznar Laffont
En pleno colapso de toda índole.

Observa su figura en un espejo

mientras el sol refléjase en el mismo:

ya lo invadió el más cruel pesimismo

y siente que su espíritu es ya viejo.

 

De su juventud sólo le ha quedado

una visión amarga a la distancia

de un joven solitario y la fragancia

de un amor puro y noble fracasado.

 

La suerte de su novia transformó

su ser apasionado en solitario,

su alma su amada muerta se llevó,

fue grande y muy noble su calvario.

 

Desde entonces sus horas fueron vanas

piensa, mientras el sol mira sus canas.

 

Francisco Aznar

(mi viejo querido)

1921- 2003.

 

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