Tú que surges como un astro en la bóveda celeste, y desatas vendavales de estrellas en mi pecho, arderé en la hoguera de tu ausencia si no me bañas con la luz de tu fulgor eterno. Me gustas porque eres el eco de los cometas errantes, la sinfonía de un universo que danza en tus labios, y en cada parpadeo tuyo, los cielos se abren para mí. Me gusta que desafíes la gravedad de mis sombras, que con el resplandor de tu esencia despintes la penumbra de mi alma. Amor, he llegado a la conclusión de que eres la aurora que redime mis noches, no solo por el fulgor de tu mirada sideral, sino porque logras que el infinito tenga sentido, y por eso, cada vez que mi alma suspira, solo puedo imaginarme viajando contigo por constelaciones donde reine la felicidad.
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Autor:
Dario (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2025 a las 02:00
- Categoría: Amor
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Pilar Luna, EmilianoDR, pasaba, Mauro Enrique Lopez Z.
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