En la penumbra del alma, un susurro se alza,
y es el cuervo, viajero de sombras, quien avanza.
Con alas de noche y ojos de abismo,
trae consigo la neblina de un eterno hechizo.
Su canto es lamento, su vuelo, un destello
que rasga el silencio como un filo en el cielo.
Oh cuervo errante, ¿qué traes entre tus garras,
que me arrastra a la locura, que mi corazón para?
Tu sombra me sigue, serpiente de miedo,
y aunque en tus ojos arde un fuego helado,
hay un misterio más antiguo que el viento
que me consume con cada uno de tus lamentos.
¿Eres mensajero de un amor que perdí,
o espectro de una muerte que jamás entendí?
La respuesta no llega, sólo el eco del abismo
y la pesada presencia de tu vuelo sombrío.
En la soledad, donde la mente se quiebra,
tu canto es el hilo que mi razón desvela.
Y aunque te marches, y aunque el tiempo muera,
tu sombra en mi alma, siempre, será entera.
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Autor:
Miguel Ángel Peñafiel Miranda (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2025 a las 12:35
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: nachosol, karonte, Martha patricia B, Mauro Enrique Lopez Z.
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