El tiempo nos ofrece un viaje sin pausa,
deja su voz en las huellas diarias,
nos invita a salir, a perdernos en las calles,
a ser lo que fuimos y lo que nunca seremos.
Nos da la certeza del sol en la frente,
el asombro intacto del niño en la arena.
Nos tiende las manos de cada jornada,
regala su tacto y espera respuesta.
Nos recuerda los rostros de seres queridos,
como faros, como casa, como fuego encendido,
que nos salvan del eco de tanta distancia,
y nos llenan la sombra de un sueño compartido.
Nos ofrece libros, preguntas y dudas,
un mapa infinito de luces y voces.
El tiempo es una escuela sin muros ni límites,
una puerta abierta a mundos remotos.
También nos despoja, también nos eclipsa,
se lleva el latido sin darnos aviso.
A veces nos deja sin nombre en los labios,
a veces se calla y nos cubre de olvidos.
Mas todo es vida, la herida y el beso,
las calles que empujan, la risa y la sed.
Que el tiempo en su viaje nos libre de peso,
que el tiempo nos deje aprender a querer.
José Antonio Artés
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Autor:
José Antonio Artés (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2025 a las 18:22
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, JAGC, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
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