I
El día en que tus manos
se entrelacen con las mías,
será radiante el sol,
y te llenaré de alegría.
II
El cielo resplandeciente,
testigo fiel de tu gozo
te llenara de estrellas;
relucientes tu rebozo.
III
Los astros discretamente
testigos mudos serán,
del amor, bello y ardiente
que mucho tiempo verán.
IV
Esas, estrellas radiantes;
bailaran de algarabía
mostrando la felicidad
al candor que ya existía.
V
No dejes perder las horas
y acude a mi llamado,
mis pupilas negras tiemblan
al sentirte a mi lado.
VI
No, incites al ruego
por ti mi alma suspira,
el querer puro me mata
siento que por ti respiro.
VII
El tiempo no se detiene
se desplaza muy ligero
sintiéndome cada día
como un ave pasajero.
VIII
Como viviré las noche;
pensando en tu ternura
que llegara otro día,
pensado en tu dulzura.
IX
¡Llegara ese momento!...
como lo espero ahora,
para colmarte de besos
siempre y a toda hora.
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Autor:
Diego Rivas Yescas (
Offline)
- Publicado: 10 de febrero de 2025 a las 17:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., La Bruja Irreverente, Pilar Luna, El Hombre de la Rosa, Raiza N. Jiménez E.
Comentarios3
SIMPLEMETNE MARAVILLOSOS VERSOS QUE DA GUSTO PASAR A LEER. SALUDOS POETA
Un amor muy bonito reflejado, buena semana.
Buenos días:
Diego Rivas Yescas.
Encantadoras estrofas...Me gusto tu diáfano verbo. Saludos.
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