Hice mal

Hice mal en grabarme tu nombre en el corazón, en permitir que dejaras huellas en mi piel.
Por dejarme mover por ésa loca pasión, ese incesante deseo de tenerte, de sentirte mío.
Hice mal y me lo hice a mí.
Deje que poco a poco formaras parte de mi vida, al grado de siempre complacerte, obedecer cuál esclava.
Pisotear mi dignidad con tal de que te quedaras, aún sabiendo que deseabas solo irte.
Hice mal en doblegar mi orgullo
y anteponer tus necesidades
y necedades antes que las mías.
Destruí las barreras que me tenían a salvo de personas como tú.
Hice mal en bajar la guardia
y creerme cada palabra que salía de tu boca.
Me desarmé para dejarte completo,
pisotee mis sueños, los hice trizas para formar unos donde tu estuvieras.
Hice mal y mucho.
Tarde me di cuenta que todo sería en vano, solo estabas esperando a que un día la puerta estuviera tan abierta para salir y largarte con todo.
Con todo lo que yo tenía para ti.
Porque solo, entonces no sería robo.
Todo parecería un regalo, una ofrenda de amor y así nadie te culparía.
Todos dirían como yo digo ahora
hizo mal, hice mal.