Sobrio

Cuando estás sobrio, no sabes amarme,
eres un ser frío, egoísta y distante,
un narcisista que no se preocupa por nadie,
incapaz de ver lo que tiene por delante.

Tus manos nunca buscan mi piel,
tus labios callan, no saben querer.
Tus ojos, esquivos, no me reconocen,
como si fuese un extraño al cual desconoces.

Pero cuando el alcohol invade tu ser,
tu corazón quieto se empieza a encender.
De pronto me miras, me dices que soy tu todo,
te acercas a mi y me haces sentir que te importo.

Bajo su efecto, soy todo en tu mundo,
tu amor es intenso, fugaz, vagabundo.
Tus promesas caen como lluvia de estrellas,
pero al amanecer sé que no quedará ni una de ellas.

Y al final me pregunto si alguna vez fui real,
o si solo soy la sombra de un amor temporal.
Porque cuando el licor se va y tú te vas con él,
me dejas vacío, perdido, sin razón de ser.