Oda a una compañera

Juan Sebastian Mena

 

 

Tengo para ti dos cosas,

Una es este ancho atardecer que vemos juntos, como si fuéramos la leña que espera ser quemada por el fuego, por las pasiones que nos acechan como una bandada de pájaros violentos.

Lo segundo son mis besos fugitivos, ¿serán estos los detalles que alguna vez soñé despierto, mirando con delirio el techo que me daba la espalda y que muchas veces a goterones caían mis lágrimas como un largo rio donde se ahogan los sueños?

Pues bien, fíjate que muchas veces soñé con tener este panorama, tu, el cielo, tus besos, la sombra de tus pestañas y tu piel devorante, y este pobre poeta se quedaba mudo en su lecho porque no podía, porque era mudo, mis palabras me ahogaban y la soledad me llamaba. 

Sin embargo logré decirte lo que muchas veces sonaba para mí como una linea para un poema, pero resultó siendo el encuentro más casual y más bonito que febrero me ha dado.

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