**~Me Quedo Aquí XXVI~**

Me Quedo Aquí XXVI

Me quedo aquí,

como perro realengo,

y sin ser abolengo en mi dicción,

lo que dicta la ciencia a seguir,

o del curso a llevar una sola imagen,

de mi sola persona,

me quedo aquí,

como gato que arrebato,

cuando mira con ojos de color,

y ven todo a color,

a razón del perro,

que mira en blanco y negro,

no me dejes de ver el color,

porque el mundo no está aún carbonatado,

en cenizas grises por ese sol de mayo,

a cuestas del curtido sol en sábanas blancas,

me quedo aquí,

como perro realengo,

cuando no soy abolengo,

sino una razón con conocimiento,

memoria y mente,

que puede discernir entre el bien o el mal,

pero, quedo con los ojos de ratón,

como cámara invisible,

de ratones hechos por naturaleza,

me quedo aquí,

como gato y como perro y sin ser abolengo,

cuando el argot del ayer,

queda sin sonrisas y con carcajadas,

del ayer que comienzan a edificar sus palabras de hoy,

como el perro o como el gato,

quedo como empezar y atrapo,

lo que deja el gato,

como el ratón en cada plato,

un suculento ratón a la criolla,

cuando edifica la razón,

en saber que el comienzo,

es como el calor o como el dolor,

me quedo aquí,

pues, es mi inhóspito lugar, 

no es una mancebía en lupanar escaso de amor,

sino un lugar donde el aire gana,

y en desganas se convierte el alma,

en luz de acero,

sin ser sincero que la luz lo es todo,

cuando se comienza a mirar desde el sol,

y no desde una luz eléctrica que no va,

a descender desde una sola perspectiva,

porque sólo soy un perro realengo,

y sin ser abolengo,

sino un realengo perro,

un sabueso que huele y olfatea la verdad,

si sólo es el instinto,

que sabe lo que uno es,

me quedo aquí,

es como perder el color entre los ojos,

me quedo aquí,

como un can que huele lo que duele,

y en el alma una virtud,

que con exactitud,

sólo soy un perro realengo,

y sin ser abolengo éste discurso,

te digo que sólo soy un perro realengo,

que pide amor,

respeto, conciencia,

y apoyo, 

porque sin mente ni memoria ni conciencia,

no soy nada,

sino tengo algo de tus besos,

si sólo soy un perro callejero,

sí, un perro realengo,

que sin ser abolengo,

sólo pierdo todo el amor poco a poco…

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez 

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