Tu nombre

“¿Dónde quedó el ayer?”

Hay polen olvidado en tus manos,

quizás cortaste una flor silvestre,

quizás alguna abeja

 rozó tu cuerpo.

El viento trae letras,

El eco del pasado las hace palabras,

así nada tiene dueño:

el sonido de los nombres,

pero los nombres, en algún momento,

fueron preguntas,

Y preguntas que no tuvieron respuesta.

Tu nombre tiene el vuelo de una gaviota.

“¿Quién me llama?”

Las hojas caen invisibles.

En la puerta del olvido,

las heridas quedaron grabadas

en la madera,

con letras perdidas

 que el viento cicatriza.

Bajo la luz que regresa,

una sombra se detiene a escuchar.

“No se puede regresar,

pero, a veces, el eco de tus pies vuelve.”

“¿No regreso, es que nunca me he ido?”

“Si buscas el silencio y cierra los ojos,

escucharas la armonía del tiempo,

tocando en su piano,

la música que lleva tu nombre.”