MI CALLADA ALMOHADA

Mi callada almohada

Un nuevo despertar, un día más en mi triste vida.
Un día más sin apagar el suplicio de tu despedida.

Un día más le pregunto a mi vacía almohada,
si sabe cómo aliviar esta siniestra pena mía.
Ella me escucha callada, medio adormilada,
no responde, pero noto que sufre mi melancolía.

Ella también está triste, también echa en falta
el hueco de tu hermosa cabeza junto a la mía.
Ella no dice nada, lo sabe todo, y nada oculta,
ella fue cómplice y testigo de nuestra alegría.

Ella vivió y compartió nuestras noches de amor.
Participó también en nuestros sueños de futuro.
Ahora está triste, y ya solo comparte mi dolor,
sabe que el camino de mi vida es muy oscuro.

Ella también echa en falta la grácil suavidad
de tus mejillas al recrearlas para el descanso,
la misma que notaba yo al darte con lealtad
el beso de buenas noches, dulce y extenso.

Si la miro, si la contemplo apenado, vuelve su cara,
para que yo no note su imparcial rostro, triste y afligido.
Para dormir, necesitaba que tu calor corporal me abrigara,
ella lo nota, y me musita cariñosa una dulce nana al oído