Te vi que llegabas,
un día cualquiera,
con paso tranquilo,
por nuestra alameda.
La cara, con frío,
mostrabas muy seria,
tal vez por el sueño,
vencido y a medias.
Volaron los míos
al verte tan cerca,
brotando saludos
de alguna manera.
Silencio, en tus labios,
fue toda respuesta,
quizás concentrando
tus pasos y fuerzas.
Aceras mojadas
y bancos de piedra,
con manto y rocío
miraban la escena.
Y tú, casquivana,
pasaste a mi vera,
dejando en tus labios
la miel sobre hojuelas.
Un largo suspiro
surgió tras mi lengua,
subiendo del pecho
el verso y la cera.
El verso del hombre
que amaba de veras,
la cera del niño
y el hombre que sueña.
Eterna pregunta,
grandioso dilema,
amar a los versos
que forma el poema.
Silencio en el alma,
calor en las venas,
la sangre se agita
y el pecho se altera.
"...La vida es un verso,
y el día comienza,
igual que tu vida
con besos de seda..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/02/25
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Autor:
Pyck05 (
Offline)
- Publicado: 13 de febrero de 2025 a las 04:41
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Mauro Enrique Lopez Z., Francisco Javier G. Aguado 😉, Alexandra l, Josué Gutiérrez Jaldin, EmilianoDR, Fabio Robles, alicia perez hernandez, Texi, Emilia🦋, MISHA lg
Comentarios2
Bellísimo, siempre una grata lectura.
Feliz día, Alex.
Gracias Alex, feliz día.
tan dulces y tiernas tus letras de amor poeta
gracias por compartir
Silencio en el alma,
calor en las venas,
la sangre se agita
y el pecho se altera.
"...La vida es un verso,
y el día comienza,
igual que tu vida
con besos de seda...”
besos besos
MISHA
lg
Gracias a ti, Misha.
Abrazos
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