Hoy caminé entre sombras sin testigos,
con el frío aferrado a mis manos vacías.
Las horas fueron un eco sin sentido,
un susurro perdido en calles dormidas.
No hubo risas, ni labios esperando,
ni promesas pintadas en la piel.
Solo el peso de un día ahogado
en el abismo de lo que nunca fue.
Dicen que estuve con besos ajenos,
con caricias robadas a la verdad.
Pero solo la noche conoce mi duelo,
y el silencio, mi única realidad.
Que hablen los ecos, que juzgue la nada,
yo sé lo que fui, lo que soy, lo que siento.
Hoy no hubo más que mi sombra callada,
y un corazón latiendo en su propio desierto.
Y si el tiempo no borra esta pena callada,
ni la brisa devuelve lo que se perdió,
seré un errante en madrugadas olvidadas,
siendo nadie, en un mundo que nunca me vio.
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Autor:
Miguel Ángel Peñafiel Miranda (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 14 de febrero de 2025 a las 21:03
- Categoría: Triste
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z.
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