El adiós
Cada adiós es un suspiro del tiempo,
una grieta en el muro de lo eterno.
Es el vuelo de un pájaro que no mira atrás,
o la sombra que se aleja sin dejar rastro atrás.
¿Quién mide el peso de un adiós?
¿Es acaso un latido que se apaga,
o una semilla que, al partir,
florece en otro jardín?
Adiós al amado, y el alma se quiebra,
como un río que pierde su cauce.
Adiós al odiado, y el pecho respira,
como un mar que se calma después de la ira.
Pero cada adiós, sea dulce o cruel,
es un ladrillo en el templo de la vida.
Cada partida, un hilo invisible
que teje la trama de nuestra existencia.
¿Cuántos adioses caben en una vida?
¿Cuántos silencios, cuántas palabras no dichas?
Cada uno es un espejo que refleja
lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos.
Adiós a la infancia, que se escapa como un sueño,
adiós a los amores que se tornan recuerdos.
Adiós a los miedos que nos ataban,
adiós a las risas que nos salvaban.
Y al final, cuando la muerte nos susurre
su adiós definitivo,
¿qué seremos sino un cúmulo de despedidas?
Un mosaico de ausencias y presencias,
de huellas que dejamos y otras que nos marcaron.
Porque la vida no es más que esto:
un eterno aprender a soltar.
Un viaje de adioses que, al marcharse,
nos enseñan a vivir.
Así, levanto mi voz para decir:
que no haya adiós sin aprendizaje,
que no haya partida sin un poco de luz.
Porque en cada adiós, nace algo nuevo,
y en cada final, se esconde un comienzo.
Ruben Dario GV
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Autor:
Ruben Dario GV (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de febrero de 2025 a las 05:00
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Karencita<3, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Ruben, hermoso poema.
Gracias y abrazos.
Gracias a ti.
De igual forma, abrazos.
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