Después de tanto hablar de ti,
casi te callo ahora,
concorde con la voz de tu silencio.
(Pedro Casaldáliga)
La vida era la limpia llegada de la luz
sobre la habitación deshabitada
de la infancia,
todo estaba ya allí.
La sonrisa y el llanto en un mismo relámpago
inauguran las tinieblas pacíficas
del vientre de la madre,
que se abren,
y a su abrigo nacemos
con el sello indeleble de la espera
y el tránsito.
Carne sobre la carne, de pulso en pulso
venimos a las entrañas de otra madre
que gesta su alumbramiento íntimo
en la sombra, como una fiera amable.
Desde siempre llegamos a su grávido
vientre. Vamos, sangre a sangre, llegando
a su comienzo sin final, hasta cegarnos
su cálida luz fría tras la luz.
Morir. Vivir. Tal la herida, la gracia
intermitente que gozamos a este lado
escrito, cual reverso, del libro de la vida.
- Autor: saudadeazul ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2009 a las 13:26
- Comentario del autor sobre el poema: Asistimos a un doble nacimiento, vivimos una doble partida.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 90
Comentarios2
La madre, la infatigable ayuda que nos brindan para ser mejores seres humanos en todos los aspectos. Ojalá pueda escribir como tu lo haces.
Hermosos sentimientos los que nos has escrito el dia de hoy, esta realmente genial, no hay persona tan especial en la vida Como la Madre...te felicito..Saludos,
Tu amigo
Oscar Jossiee
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.