Aquel lugar de verano

3GERBERAS

Aquellas lagrimas que compartimos ayer, hoy se han desvanecido. Como siempre, sentado en una esquina, tu voz inunda aquella melancólica habitación, en el fondo, yacen matices de lo que alguna vez fuimos y, ahora en este instante preciso, el sabor de aquellas risas y aquel color cálido y suave de aquellas tenues y algo imperceptibles caricias se han convertido en afilados cristales de hielo.

Parece que aquel invierno no tan lejano se apoderó de nuestros corazones, parece que estamos atrapados sin poder decirnos adiós.

Desde aquel día, aquel recuerdo de aquellos momentos juega en el patio cálidamente, aunque sin nuestras almas. Aparto la mirada un segundo, nuestras miradas se cruzan y puedo sentir la brisa de aquella tarde de verano, tú y yo de nuevo, bajo aquel atardecer de colores pastel. La puerta de aquella habitación queda entreabierta y ambos, como por arte de magia nos desvanecemos en el olvido, junto con aquella cálida brisa.

 No te he dicho adiós, tal vez no lo podré decir jamás, desde aquel momento, me quedé callado, miré hacia atrás brevemente y con la mirada, te dije adiós para siempre.

Espero algún día volver a aquel lugar, aquel lugar que sólo nosotros conocíamos. Aquel lugar de verano, aquel lugar para los dos.

 

Aquel lugar….

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