La mujer que me persigue
viene con sus senos perfumados,
es atractiva por ser deseable
le ofrece a mis ojos una apariencia inasequible,
un ofertorio de exquisita y pulcra belleza
Y en cada paso que sutilmente acusa
sobre el humus desalmado
de la tierra que gentilmente pisa
la declaran la mas bella sobre todas las demás cosas
que al alma del hombre hechizan.
Su andar rítmico, airoso y reposado.
Lo terso y despejado de su frente.
La rutilante luz de su mirada;
todo es ritmo, todo es cadencia de astucia instintiva.
Es un vaivén de olas blancas, espumosas
y en cada paso que avanza sin languidez,
sin quebranto de la voluntad
reclama la posesión del espacio que la rodea.
Se apodera del aire y de la brisa que besa su faz risueña.
Como besa los labios míos
Hace suya la blanca luminosidad del día
y sus mejillas semejan dos pomelos rubicundos por el sol
como un par de besos de carmín.
Sus ojos grandes y fijos, algunas veces ausentes
son centinelas de su vida menguante
los mismos que parpadean al compás de un espíritu que indaga
desdeñando las vanidades del mundo
y pensando en las cosas del universo eterno..
¡Oh! sutil visitadora del alma mía.
Con su espalda larga y sus muslos redondos y torneados
su ingle semeja un estanque de plaza vieja
donde beben las palomas saltarinas
su ombligo esta esculpido sobre la pampa de su vientre mojado
y es peldaño eslabonado de inquisidora mirada
antesala cobriza al maravilloso reino de venus.
Con su voz ancha y su respirar delgado, lejano.
Aprovecha cualquier instante
para mostrar al mundo su delicada humanidad
en atisbos superfluos de contacto
con el mundo terreno.
Su cabellera rojiza hace copa
a un cuello largo de cisne
cual blancura de alabastro
que apuntala sobre un tronco delgado.
Su cara es tersa y disimulada la belleza
que exhibe algunas veces vanidosa.
Una dentadura como empalizadas de azúcar
se enclaustra dentro de una boca
sutilmente cerrada, como emblema
del silencio, de la palabra callada
y unos labios cárdenos y pulposos
destacan en la aurora toda luz
de su faz de sol,
oferente
y veleidosa:
¡Su inquisitivo misterio!
Qué querrá de mi?
- Autor: Frank Torreba (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de noviembre de 2010 a las 12:35
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 126
- Usuarios favoritos de este poema: nellycastell
Comentarios6
QUE BUENA PERSECUCION LA DE LA FOTO!!!!
JA JA JA
YO QUE VOS ME DEJO ATRAPAR!!!
TE FELICITO!!!
MUY BUENA COMPOSICION
ABRAZO ENTRE REJAS. JA JA A
Ajá te diste cuenta, jajaja
Gracias amigo
que te siga persiguiendo poeta.....
solo que déjese atrapar..
estupendo..
kalita..
hOLA eN ESO ANDO DESDE UN BUEN TIEMPO,PERO NI QUE BAJE LA GUARDIA, SE ME ACERCA LA BENDITA MUJER, JAJAJA
a VER SI USTEDES ME DAN ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA PONER EN PRÁCTICA
jAJAJA
aMIGO fRANK
Sus ojos grandes y fijos, algunas veces ausentes
son centinelas de su vida menguante
los mismos que parpadean al compás de un espíritu que indaga
desdeñando las vanidades del mundo
y pensando en las cosas del universo eterno..
Queé hermoso tu poema amigo, cuidate de los ticket que a veces son fuertes, me lo guardo antes que ella me guarde a mi. Lastima de la letra tan chiquita que me costo trabajo leer, pero esta muy bueno.
Mi querido amigo Frank versos muy elocuentes, cuanta sensualidad, waoooo, exquisitas metáforas que escoden deseos y al mismo tiempo los declaran sin temor...... una rica persecucion de amor......
Besos,
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.