En un pueblo muy pequeño,
donde todo es diversión,
vivía un tal Don Ramón,
famoso por su gran empeño.
No era hombre muy astuto,
ni tampoco precavido,
pero siempre entretenido,
con su torpeza y su luto.
Un día quiso aprender
el noble arte del boxeo,
y sin mucho titubeo,
fue corriendo a entrenar.
El maestro lo miró,
con mirada muy severa,
y con tono de barrera
rápido le preguntó:
—¿Tienes fuerza, gran Ramón?
—Más que un buey y dos caballos.
—¿Resistencia en los batallos?
—¡Como un tanque en un ciclón!
Lo pusieron a entrenar,
con las pesas y mancuernas,
pero pronto las cavernas
del cansancio vio llegar.
—¡Esto es fácil! —fanfarrón,
dijo antes de tropezar,
y al suelo fue a dar,
con un golpe de emoción.
Luego vino su pelea,
con un joven debutante,
pero apenas dio un instante,
ya giraba como hélice fea.
Lanzó un golpe con fervor,
pero erró la trayectoria,
y en la más grande historia,
se golpeó solo, ¡qué horror!
Todo el pueblo lo miraba,
y la risa contenía,
pero al verlo, no podían
y hasta el árbitro lloraba.
Desde entonces Don Ramón
nunca más fue a entrenar,
se dedicó a cocinar…
¡y quemó hasta un sarténón!
Así es la vida, señores,
que a veces nos da sorpresas,
pero hay que tomar las piezas
con humor y sin rencores.
-
Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 17 de febrero de 2025 a las 12:44
- Categoría: Humor
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, EmilianoDR
Comentarios1
Gracias Daniii y pobrecito Don Ramón.
Me ha gustado tu propuesta de humor amiguito.
Abrazos.
Muchas gracias mi estimada poeta Si pobre Don Ramón Saludos y abrazos.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.