Dante en la Cruzada: La Divina Jodienda

karonte


Dante, poeta de versos y enojos,
cansado del mundo, sus trampas y piojos,
se alista en cruzada por cielo y por fe,
pensando: “Con suerte, me haré un burgués”.
Mas llega al campamento y todo es broma:
un fraile borracho, un rey que se asoma,
y un clérigo avaro que en nombre de Dios
recauda diezmos y traga arroz.
“¿Qué infierno es este?”, pregunta el toscano,
“¿No era cruzada, con lucha y desgano?”
Un caballero le dice entre risas:
“Aquí solo hay piojos, mentiras y prisas.”
Dante suspira: “Ni el Averno es tan malo,
al menos Caronte remaba su palo.”
Aquí todo es faro sin barco ni ancla,
una estafa enorme, de punta a zanca.
Cuando al fin parten con gran entusiasmo,
a robar ovejas y dar sarcasmo,
el poeta piensa: “¿Esto es cruzada?”
Parece más bien una gran mamada.
Al llegar al Este, los moros de turno
ven a esta turba, un auténtico churro.
“¡Oh, qué tragedia, qué noble osadía!”
—se ríe un sultán— “Esto es comedia.”
Mas Dante, astuto, prefiere escribir,
y de esta gran farsa hacer reír:
“Si el mundo es un circo, yo su bufón,
y al diablo la cruz, la fe y el sermón.”
Al regresar, dice al Papa Urbano:
“La cruzada fue un chiste, un fraude mundano.
Si buscas la gloria, mejor ni lo intentes,
pues hasta el infierno es más eficiente.”
Así Dante ríe, con sátira cruda,
pues hasta el Paraíso es una estafa muda.
Y en su Divina Comedia lo expone:
hasta Dios, en el cielo, estornuda y se encoge.

  • Autores: Shelby (Seudónimo)
  • Se ve: Todos los versos
  • Finalizado: 4 de marzo de 2025 a las 17:00
  • Límite: 15 días
  • Invitados: Libre (cualquier usuario puede participar)
  • Comentario del autor sobre el poema: Libre
  • Categoría: Humor
  • Lecturas: 28
  • Usuarios favoritos de este poema: Gonzalo Márquez Pedregal
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Comentarios +

Comentarios1

  • FRANCISCO CARRILLO

    A mal cruzada fue Dante a seguir
    Ni infierno ni averno allí lo encontró,
    Buscó sin quererlo y fue el mismo Dios
    Quien bajo de los cielos y allí estornudó.
    Y mientras Caronte de espada usó el remo
    A tantas mentiras y burdos engaños
    Siguieron poetas sus pasos marcados
    Llegando a encontrar cruzadas de espanto.

    • karonte

      A torpes corceles llegaron los bardos,
      con plumas sin filo y con versos cansados.
      Creyeron que el aire sus voces alzaba,
      mas solo el silencio su estampa abrazaba.

      la sombra de Ulises les dio un desengaño,
      pues no hay epopeya sin gloria y sin daño.
      Caronte, entre risas, su remo blandía,
      pues nunca hubo barca pa' tanta osadía.



      • FRANCISCO CARRILLO

        Y a tanto que a Ulises, mas dioses quisieron
        oír las sirenas que nunca cantaban,
        zarparon sus barcas blandieron sus remos
        y en aguas de versos se ahogaron sin nada.

        Las plumas surgieron carentes de filo
        creyéndose estar así preparadas,
        y en aguas de versos se vieron truncadas
        mas fue la batalla un puro suplicio.

        Los versos cansados allí renacieron
        la pluma sin filo, estuvo afilada
        y no hubo barcas, ni dioses, ni remos
        que en aguas de versos el fondo evitaran.

        Los remos callaron, callaron las risas
        los dioses que estaban se vieron plebeyos,
        pues fue la batalla en aguas de versos
        el triste final que algunos pedían.

        Siguen estando callados los barcos
        los remos flotando, buscando deriva
        que no existe Dios, ni barco ni humano
        capaz de callar la pluma y su rima.

        Los torpes corceles, siguieron llegando
        y vieron la barca que al fondo se iba,
        oyendo los cantos que fueron de risa
        cambiando osadía ahora por llanto.

        En aguas de versos quedaron marcados
        leyendas e historias que hoy repetimos,
        los dioses quisieron entrar en batalla
        pensando que aquello era el olimpo.

        • karonte

          Poeta, tus versos navegan aguas profundas, donde los dioses creyeron gobernar y las barcas, osadas, se atrevieron a remar. Mas en este mar de rimas, no hay remo que dicte el destino ni pluma que no encuentre su filo en la batalla.

          Las historias se repiten, las leyendas se forjan, y aunque algunos busquen callar la voz del verso, siempre habrá quien escuche su canto y quien, en su corriente, encuentre su reflejo.

          • FRANCISCO CARRILLO

            asi es compañero, me descubro ante la gente que me gusta. no te lo tomes a mal solo escribo...

            • karonte

              Para nada, me ha gustado mucho el ejercicio que me has permitido compartir, te lo agradezco profundamente, somos compañeros virtuales de letras, recibe un cordial saludo.



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