En aquel árbol extraño

En aquel árbol extraño un día el fruto de nuestro amor creció, pero ¿Qué pasó?

La vida quizás nos engañó o tal vez fue alguien que estuvo merodeando alrededor.

Sus frutos fueron cayendo de a poco, las hojas y las raíces secándose a falta de abono.

Plantado en el verano, fue creciendo durante el invierno; luego sufrió el abandono.

No sé qué sucedió durante todo ese tiempo; la verdad no lo entiendo, todo es silencio.

De su fruta comimos, de su jugo bebimos, su sombra siempre nos cubrió, nos protegió.

Hubo momentos en que el viento lo ha movido, lo ha torcido, pero no fue derribado.

Era un fuerte árbol; hoy solo en el jardín se ha quedado, sus ramas la han cortado.

Sé que no estás entendiendo a qué me refiero; no sabes lo que te estoy diciendo.

Tú ya no me estás queriendo, ya no sigas fingiendo, nuestro árbol se está muriendo.

Los frutos que una vez fueron dulces se volvieron amargos, y ya no puedo soportarlo.

Te dejo la parte de tu árbol para que con el intruso inoportuno lo sigas cuidando.

¡¡Lo siento, te dejo, me voy!!