Muscari

Carolina Varela López

Me entrego a tus brazos

en caída libre,

a los tépalos del narciso;

pervivo traspasando las nubes contigo,

recorriendo abismos, sin testigos:

conociendo especies nuevas en los mares;

sabiendo del error de las edades

y la herrumbre en sus fantasmas implacables.

Desmayo, tropiezo con las viandas,

no me hallo, me vuelvo exánime,

desplomada en la oquedad de la vida;

y vienes a levantarme

como oxígeno oscuro

en el azul de mis profundidades.

Dame tu elixir discreto,

necesito tu substancia en mi armazón,

el jacinto de uva en mi caparazón;

elévame, hazme piedra de luna

para retener el agua;

dame tu medicina aromática,

el bálsamo después de pasar por la fragua;

rompe la gravedad que atrae el caos,

envuélveme en tu singularidad

donde tus privilegios fui a degustar.

Redivivo en tu blancura

en la vitalidad de tu transparencia: 

flor esqueleto esclarecida,

flor del cactus de San Pedro;

quiero contigo acta de permanencia,

las arras sobre mi pecho.

 

10/1/2025

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