"EL PRIMER BESO"

           "EL PRIMER BESO"

Vuela mi mente al pasado, cuando la juventud nacía como flores de un jardín bien cuidado.
Qué época hermosa, atesorada por siempre en mi alocado y brioso corazón.
Eran años en que creíamos ganarle al mundo que nos rodeaba y éste a nuestros pies se inclinaba. 
Todo era posible de ser conquistado por nuestra sana aunque alocada rebeldía.
En esa edad, con aún muchos temores propios de la adolescencia que no nos quería abandonar, llegó el deslumbramiento del temprano e inmaculado sentimiento... 
Oh divino amor que a ella me acercaste y que por quien luché  por lograr conquistarla. 
María del Carmen su nombre, joven y hermosa, llena de luz y brillante cuando a sus oscuros ojos los míos miraban. 
De ella y por ella nació mi primer y más puro amor y que sentía me correspondía con tímidas sonrisas, que sus labios y sonrojado  rostro dibujaban.
Los días, entre charlas nada profundas, transcurrian sin prisa. 
Miradas llenas de ternura y manos que apenas se rozaban iban construyendo el más lindo de los escenarios para nuestro puro y transparente sentimiento.
Y llegó la magia, llegó ese instante que nunca olvidaremos: el primer beso. 
Nos miramos a los ojos con ternura, acercamos nuestros cuerpos enlazados por el más tierno de los abrazos. 
Nuestros corazones latían a mil... temblorosos y anhelantes ambos, acercamos nuestras caras para poder, en los húmedos labios, regalarnos el más cálido, más sincero y dulce de los besos, el primero, el que siempre recordaremos hasta el fin de nuestros días. 
El primer beso, puro y sin mezquinas condiciones, robado por cada uno al otro y que, sin sentirnos ladrones del momento, nos ayudó sí a crecer como seres vivos, paladines por siempre del sentimiento más puro, más fuerte más valiente que pueda existir entre varón y mujer: el Amor, valiente por demás, llama incandescente que ni el pasar del tiempo apagaría, muy por el contrario, 
siempre iba a perdurar.

Roberto Bardecio Olivera 
          (18/2/2025)