El impulso no espera.
Es la mano que toca sin preguntar,
el pie que avanza,
y no importa lo que se pierda.
Un escalofrío que no pide permiso,
una línea borrosa donde todo se funde,
donde no hay "por qué".
Lo que no se cuestiona
se deja llevar
por la necesidad de actuar,
la urgencia,
la fiebre.
Automáticamente, el cuerpo se sabe.
Los pensamientos son huellas
que se olvidan al paso.
Pero hay otras decisiones
que son como fraguas lentas.
Cierra los ojos.
Mide el aire,
el riesgo que se esconde en la esquina.
No hay ruido.
Solo ese vacío
esperando un eco.
Y en algún momento,
una chispa
en medio del silencio
se prende,
se ve.
Como una estrella en la tormenta,
como un faro apagado,
corrigiendo lo que ya fue,
lo que ya se decidió
antes de decidir.
Decidir es construir una fuga,
desaparecer
y volver.
Es perderse en medio de dos caminos
y dejar que el uno hable al otro.
Es no entender nada
y, de repente,
saberlo todo.
José Antonio Artés
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Autor:
José Antonio Artés (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de febrero de 2025 a las 13:50
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Ricardo Castillo., Mauro Enrique Lopez Z.
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