Desolación: Manuel Rosario

Desolación

(Poema)

Allí, en el aposento donde duermes,

quedó la tumba del amor que mataste.

Después que tantas veces me juraste,

que entre tu amor y el mío, la muerte no existía.

Hoy soy como un viajero desolado,

como una sombra que vaga en las tinieblas,

llevando en mi interior una hoguera candente,

con las brasas ardientes, de un amor no logrado.

En mí no queda nada, pues todo te lo dí,

para que te sintieras a mi lado feliz,

El amor que sentí, se volvió un tronco seco,

que se quedó plasmado, con un profundo hueco.

Mi vida va sin rumbo, como un ave caída,

vagando por el cielo, con la fe ya perdida

soy como un río sin cauce, que no tiene regreso,

será tal vez por eso, que ya no tengo vida.

Embriagado de penas, me entregaré a otros brazos

perdido en el ocaso, tal vez la encontraré,

Te llamaré en silencio, disimuladamente,

y aunque pasen los años, jamás te olvidaré