Como un sueño.

Has de saber que te considero mejor que un sueño, te comparo con la brisa viajera del amanecer primaveral. Tu alma al llegar junto a la mía me estremece. Eres mujer de alto y largo vuelo como las águilas imperiales, tu fuerza y poderío es inagotable. Eres para mi como un enigma que se pierde en un temor inmenso y verdadero. Espero que cualquier mañana, un rayo de sol, me despierte de ese encanto, para lograr darle un nuevo sentido a mi actual forma de vivir. Llegado ese momento, se verán truncados mis desvelos pudiendo penetrar en el interior de tu mágica dulzura, y tu alma hinchada como una vela por el viento de mis suspiros. Debido al silencio frío y calculador, terminas abriendo el portal de mis sentimientos, incitándome al suplicio del encierro, por mi parte consentido.