Manos en el Fuego
Nunca he puesto mis manos en el fuego,
ni le he dicho a un muerto adiós en el ataúd,
porque sé que resucitaremos algún día,
nunca he jurado en vano sino que confíes en mí,
no me gustan las mentiras porque es mejor la verdad,
aunque duela con demasiado ímpetu,
no me gusta matar aunque la vindicta,
da un soplo de libertad inherente,
no me gustan los hombres, pues, su miembro viril es muy erecto,
amo más a mi propio sexo que a ellos mismos,
no me gusta el silencio, pues, el diálogo no dice cómo te expresas,
pero, sino dices la verdad de qué vale hablar con alguien,
no me gusta el reguetón, pues, como dicen es un dolor de cabeza,
es como una violación a la poesía,
no me gusta la muerte, pues, en cada capilla ardiente,
ahí están nuestros cuerpos sedientos de calor,
pues, el frío ya llegó y es con la vil muerte,
no me gusta el robo, pues, en cada robar de vida y de identidad,
es como privar del goce a la persona,
no me gustan los malos olores, pues, me da de qué pensar,
estamos en el año 2025 y esos olores a insolvencia no me agradan,
pongo mis manos en el fuego por alguien así,
y ésta soy yo…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
EMYZAG
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Autor:
EMYZAG (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2025 a las 00:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
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