Una y otra vez me pregunto cómo puede odiarme
quien nunca me ha visto vomitar las calles
-no de haber bebido o comido mucho-
devolver el aire insalubre, el cuchillo que
desatina en nombre de mi padre.
Bendito amanecer, déjame remendar la sombra,
de este cuerpo cosido a la butaca.
Una y otra vez he deshecho el paso
que me acerca al pan,
horas escuchando el endemoniado silencio
de un cuarto donde rezo
-miles y miles de rezos en un folio
para que no entre el mal a casa.
Maldito ruido, mis muertos
hacen tantas preguntas,
la línea que no escribí
se agranda en regaño.
Me he ido escondiendo
a ratos me he sentido sola
a ratos sé, lo estoy.
Pero es otro ruido errante que trota,
galopa, patea, se fija
a la punta de la lengua
y siembra el escrito.
Ojo con el pespunte,
pondré en la tela fino hilo y
puede quedarme chapucero.
Mi hija no me habla,
a las doce escribió una carta
para decir que me odia
tanto que pasa de mí.
Mi hija tiene un lobito.
Mi cabeza en el juez, el hospital,
el nativo que perjura
mi francés con acento.
Un fonógrafo ruge contrapuntos que se aíslan:
“margarita, la sutil madre que te parió, déchet fatal”.
Me hubiese bastado menos instinto,
olfato, vista menos tiempo,
haber invertido junto a mi madre
en el cultivo de cactus
de generosos verdes.
Yo quería que Aans fuese recinto
de salud y no lo tuve.
A veces me pregunto cómo puedo contarles,
demasiado estruendo mientras busco el hilo.
Si se callaran podría zurcir.
Del poemario Maldicionario, Editions Hoy no he visto el paraíso, 2009
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Autor:
Margarita García Alonso (
Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2025 a las 09:14
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Alfonso J Paredes, Mauro Enrique Lopez Z., Andy Lakota👨🚀, Poesía Herética
Comentarios2
Me hubiese bastado menos instinto,
olfato, vista menos tiempo,
haber invertido junto a mi madre
en el cultivo de cactus
de generosos verdes.
Yo quería que Aans fuese recinto
de salud y no lo tuve.
Gracias por el mensaje de tu poema con unos excelentes versos un placer leerlo .
Saludos cordiales poeta.
A usted, agradecida por su comentario, Don Emiliano, saludos desde la Normandía.
Me han encantado las imágenes que evocan vuestros versos, gran obra, felicitaciones "Pero es otro ruido errante que trota,
galopa, patea, se fija
a la punta de la lengua
y siembra el escrito" Esta parte me encantó
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