Buenos Aires siempre ha sido una ciudad vibrante, llena de historias que transitan por sus calles adoquinadas y sus modernos rascacielos. Pero en los últimos meses, un misterio oscuro acechaba las redes sociales y los portales de noticias: la inexplicable desaparición de varios influencers.
Primero fue Sofía Ledesma, una joven fashion blogger de Palermo. Su público se percató cuando, tras un post anunciando un viaje a Rosario, nunca volvió a actualizar su cuenta. Luego desapareció Bruno Iglesias, un influencer fitness de Córdoba que publicó un video en un bar de Mar del Plata antes de esfumarse sin dejar rastro. Finalmente, Julieta y Mariano, una pareja de travel bloggers con miles de seguidores, se desvanecieron tras documentar su paso por Mendoza.
Las autoridades intentaron minimizar el asunto. "No hay pruebas de que estas desapariciones estén relacionadas", aseguraban. Pero los seguidores de estos creadores de contenido no estaban convencidos. La paranoia creció en internet. Teorías conspirativas sugerían desde trata de personas hasta una venganza orquestada por un seguidor obsesionado. La realidad, sin embargo, era mucho peor.
El periodista Matías Suárez, conocido por su investigación en casos de crímenes sin resolver, decidió seguir las pistas. Analizando sus últimas publicaciones, notó un detalle inquietante: todos habían compartido fotos con un mismo símbolo en el fondo, un círculo con una "X" en el centro.
Tras varios días de investigación y de recorrer bares, hostales y estaciones de servicio desde Buenos Aires hasta Bariloche, Matías encontró una conexión: todas las víctimas habían asistido a un exclusivo evento privado para creadores de contenido. Un misterioso influencer, conocido como "El Cuervo", los había invitado.
Con ayuda de un hacker anónimo, Matías logró rastrear las coordenadas de la última ubicación de los desaparecidos: una vieja estancia abandonada en las afueras de San Miguel de Tucumán. Decidió viajar sin esperar refuerzos.
Al llegar, el lugar estaba sumido en un silencio sepulcral. Entró con precaución. En una de las habitaciones encontró cámaras y focos apuntando a un escenario improvisado. En la pared, una frase escrita con pintura roja decía: "VIVEN EN SUS PANTALLAS, MUEREN EN LA REALIDAD".
De repente, un sonido interrumpió el silencio. Su teléfono vibró con una notificación. Un video en vivo apareció en su pantalla: un hombre con una máscara negra miraba fijamente a la cámara. "Bienvenido, Matías. Te estábamos esperando".
La transmisión se cortó. En ese instante, la puerta detrás de él se cerró de golpe. Un ruido metálico indicó que había sido bloqueada. Matías, con el corazón latiendo a mil por hora, se giró rápidamente buscando otra salida. La oscuridad se volvió más densa y un fuerte golpe en la cabeza lo sumergió en la inconsciencia.
A la mañana siguiente, los titulares en los diarios anunciaban una nueva desaparición: Matías Suárez, el periodista de investigación, había desaparecido sin dejar rastro. La lista de influencers perdidos sumaba un nuevo nombre.
Las redes sociales ardían con teorías, pero nadie podía imaginar la terrible verdad: en alguna parte de Argentina, un grupo secreto seguía cazando a aquellos que vivían de la fama digital.
Y lo peor de todo... nadie sabía quién sería el próximo.
JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados / febrero 2025
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Autor:
JUSTO ALDÚ (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2025 a las 00:03
- Comentario del autor sobre el poema: Este relato de suspenso al mejor estilo de Agatha Christie fue inspirado en el reciente escándalo de las criptomonedas que prueban el poder que puede generar un solo hombre con millones de seguidores en redes. Espere mañana la conclusión de esta historia.. A propósito, no tengo muchos seguidores.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, JUSTO ALDÚ, rosi12
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