Cicatrices temporales y geiseres de afecto,
treinta días marcan el pulso, hacendoso en febrero,
herida perenne, donosura que en el abrazo estalla.
Pitágoras, en tu axioma resonamos,
hallazgo del debilitamiento, completo en reflejo propio,
Zeus, divinidad que en reprimenda nos moldeas.
Retorno del diluvio estilográfico,
en brazos reencontrados, solaz hallaré,
el tiempo fugado, ¿su redención posible?
Era de Renacimiento ¿Qué vuelve a mitigar?
Renace, siglo, desde tu ceniza,
invítame a recolectar el bosque en ramas helénicas,
la cabaña bienhechora aún alberga claridad,
bajo su techo, las llamas pacientemente se codean.
Fragmentos de conciencia y la
concentración se disipa, maleablemente
click click intruso en la mente, tus ideas de
manías entredichas, si te encuentras, comentándome,
permíteme ascender,
arrastrarme por pantanos de lo inerte,
deja que los pergaminos desgarren lo audible.
Ivette Mendoza Fajardo
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Autor:
Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 22 de febrero de 2025 a las 17:03
- Comentario del autor sobre el poema: Experimental y Vanguardista
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ
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