La ira del nóctulo

Salvador Galindo

 
“Un nóctulo es un murciélago chico
 
Que vive en el desván de mi casa.
 
No nos vemos nunca, los dos trabajamos de noche”.
 
Ricardo Meruane
 
 
 
Aterrado, el hombre intenta burlar el destino
 
Sacarle una carcajada al Monstruo
 
Aplacar el apetito de la bestia
 
Ese Leviatán con forma de turba
 
Todo es inútil, todo es inútil
 
Un atajo de nervios envuelve su ser
 
Sus tripas rugen indigestas
 
Frente al espectáculo del patetismo
 
Ataviado de luces y de cámaras
 
Gran ojo hipnótico que propicia el morbo
 
Un mal augurio cae sobre el bufón
 
La corte del rey se retira del circo
 
La materia oscura se hace presente
 
Posee a los asistentes y los embriaga de cólera
 
Proyectan su sombra sobre el comediante
 
Crucificado sin resurrección
 
Acaso el humor no tiene cabida
 
En el país de las apariencias
 
En la tierra de los finales
 
Acaso la risa solo pertenece al verdugo
 
Sin gracia ni virtud
 
Pero un pequeño ser de la sombra ha sido invocado
 
Desde el imaginario nocturno
 
Uno que no puede ver a su dueño
 
Porque solo aguarda la noche
 
Ese terreno interior, escondido en el desván del espíritu
 
El pequeño ser alado, de extraño misticismo
 
Acude al plano material y se convierte en cábala
 
El último recurso del hombre frente al Monstruo
 
Vuela, surca, una y otra vez, el espacio abismante
 
Entre la impotencia y la voluntad
 
Pese a todo, el comediante es derrotado
 
Preso de su propia desgracia
 
Deja de ser el hombre que fue
 
Su imagen le es arrebatada de un zarpazo
 
Y ya no le pertenece
 
Solo un espectro sobre el escenario
 
Uno ridículo, demasiado hermético
 
Para una masa voraz y sin contemplaciones
 
El ser alado vuelve a su escondite, zaherido
 
El miasma del hombre le contamina
 
Reducido a su mínima expresión
 
Todo es inútil para él, todo es vacío
 
Una vela shakesperiana la vida
 
La historia convertida en una mala broma
 
Acometida por un Dios cruel
 
Pero con la misma intensidad del dolor
 
El nóctulo transmuta el espíritu de su dueño
 
Y lo abriga de un ropaje oscuro
 
Lo alienta una fuerza oculta, indómita
 
La lengua filosa, la lengua del sarcasmo de la vida
 
Vuela lejos de la escena, traspasa
 
El velo de la quimera
 
Abre los ojos a la ilusión del espejo negro
 
Y encuentra su lugar, su terruño
 
En el tiempo otro
 
En la visión tardía, en el chiste onírico
 
Más allá del entendimiento vulgar
 
La ira del ser alado se despliega
 
Sobre los enemigos del anti humorista
 
Porque ha encarnado el mito
 
Porque el desván resguardaba su secreto y su intención
 
Porque el misterio dibujará una mueca
 
En el rostro de los escépticos
 
El nóctulo, tan macabro como gallardo,
 
Aguarda en el interior, mascota del caos
 
Y hará de la vergüenza un motor para el orgullo
 
Hará del miserable una figura de culto
 
Y del rostro hipócrita un mártir para el sacrificio.
Ver métrica de este poema
  • Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de febrero de 2025 a las 22:42
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 12
  • Usuarios favoritos de este poema: WandaAngel, Ricardo C
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.