El alma en tu mirada

EDGARDO

Tu esencia, lienzo donde el ser se expande,

no doy mi espíritu, sino mi verdad,

un sueño eterno que el alma comprende,

un cosmos de amor, nuestra eternidad.

 

Y cada instante, aurora que despierta,

tus sueños velo con mi ser profundo,

no cual arena, mi alma se concierta,

sino escudo fiel, en cada segundo.

 

Tu mirada, sol que alumbra mi camino,

no faro inerte, luz que me sostiene,

tu alegría, eterno canto divino,

en tu sonrisa, mi edén que me mantiene.

 

Tu dolor alejar, cual noche al alba,

cargando tu pesar, cual fiel titán,

en mi hombro hallarás dulce palabra,

y alivio, cual néctar que jamás se van.

 

De tu alegría, espejo de la esencia,

reflejo de tu luz, tu gran verdad,

en tu felicidad, mi ser en presencia,

halla su celestial eternidad.

 

Amándote, busco en tu recuerdo,

ser cual estrella fugaz, eterno anhelo,

un eco de dicha, un suave acuerdo,

que en tu memoria danza, cual bello velo.

 

Si la noche te encuentra en soledad,

mi mano ancestral te dará amparo,

en silencio, mi amor, cual claridad,

será tu faro, tu eterno claro.

 

Si me miras y no te miro, entiende,

que en tu mirada hallo mi universo,

mi alma en silencio fielmente te defiende,

y en tu presencia, toco el cielo terso.

 

Mi amor, Dunia, será acción constante,

en cada ayuda, sueño compartido,

un lazo firme, siempre perseverante,

en tu felicidad, mi ser ungido.

 

No busco purificar con el perdón,

ni guiarte con fe, cual oración,

sino amarte con humilde devoción,

y en tu amor hallar mi eterna redención.

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