Difícil

No sé qué decir ni que pensar, las palabras se me atoran en la cabeza, pero nada evita que me sienta mal. Tengo el corazón arrugado, la mente cansada y el alma extraviada.

Que difícil es esperar, dije que tendría paciencia el primer año, el segundo, el tercero, el cuarto… y asi he venido diciendo hasta el séptimo año. ¿Qué espero? La verdad ya no sé, el amor se me está quedando en las manos. Quisiera ser infinito para esperarte todo el tiempo que necesites, pero siempre he sido un simple mortal que la vida le pesa y antes que tener mas tiempo para esperar todo sugiere que trato por tener menos tiempo para vivir, aun así, siempre doy mi mejor esfuerzo para cumplirte esa promesa de irme después de ti y de siempre estar para ti. Y no es que solo viva por esas promesas que te hice, también vivo por ver a mi abue feliz y descansando después de tener una vida tan complicada, por hacer sentirla orgullosa de que el hijo que crio tuvo éxito, vivo por seguir leyendo esos muchos poemas que te dedico y que me hacen creer firmemente que cabe la posibilidad de amor que tanto profesan, vivo en saber que misterios hay detrás del universo y en lo caótica que es la vida. Pero a veces esas ganas no están y todo se vuelve oscuro, tormentas de pensamientos invaden mi mente queriendo desistir de todas esas ideas y de un día no despertar más “¿cuán dulce seria dormirse y no despertar más?” Así como Marie Curie le dedica esta línea a su difunto esposo despidiéndose y expresando su dolor al saber que no volverá así también a veces me despido de la vida. Que tormentoso todo esto, ojalá tener la respuesta definitiva a todo, pero es algo que no se logra nunca, el amor es injusto y jamás recompensa lo que uno merece tener porque no funciona en la misma medida en las demás personas como funciona en uno, la vida es rara porque la única forma de hallarle un sentido es viviendo y no saliéndose de ella, te atrapa hasta que te canse, ahorita desfallezco y me encuentro cansado, que infelicidad esto de vivir…