Acolchonan candelabros en la última quebrada de la incógnita,
velada está en su confidencialidad de tumba entrenadora,
existe un destello surrealista en la malversación del quiróptero,
ensueño mandarín que galopa entre colimbas de sabor irracional.
Chisporrotea un brote inveterado en mi mandíbula juratoria,
todavía refresca su figura leganosa; precipita aprestada a anidar
la sombra en el aliento de la radiografía que no expiró.
Lo observé, la rapaz ráfaga lesionando al astro con su candidez
y sus ilusiones fracturadas, enroscadamente.
Carcajada raposera más extinta que el deceso, más fantástica
que una iglesia idiosincrática hilada por la igualdad de la lenteja
─responsabilidad de todos─; letra grave en modus operandi le crecen
extremidades sin vigor para capturar el despilfarro con beatitud,
con anhelos de ser el infante belfo cenital, avispado.
Las flores episcopales tienen pan amotinado, centrífugo y juguetón,
enojosamente centra la palabra en el desván.
Ivette Mendoza Fajardo
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Autor:
Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2025 a las 13:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, nachosol, JUSTO ALDÚ, EmilianoDR
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