Nací en la tierra de montes y ríos,
bajo el sol de un octubre en Bello encendido.
Infancia de juegos, de risas sinceras,
de abuelos, de amigos, de tardes enteras.
En Puerto Nare, el agua y el viento
forjaron en mí un alma en movimiento.
Aprendí de la vida, del río, del mar,
a caer, a soñar y a volverme a alzar.
Crecí entre dudas y sueños prestados,
siguiendo caminos por otros marcados.
Pero en cada reto, en cada ocasión,
descubrí en mi esfuerzo mi propia pasión.
El trabajo templó mi mano y mi mente,
con lápiz y números fui persistente.
La seguridad y la innovación
se hicieron mis guías, mi gran vocación.
Aprendí que el líder no solo dirige,
también se reinventa, escucha y corrige.
Que el mundo no espera, que hay que avanzar,
ser roca en la brisa y fuego en el mar.
Hoy miro hacia el norte con paso seguro,
mi empresa, mi sueño, mi más firme muro.
Dejaré un legado de amor y constancia,
de esfuerzo, de entrega y de perseverancia.
Si en una palabra me debo nombrar,
diría que soy voluntad y andar.
Un hombre que enfrenta, que lucha y que ama,
con fuerza en el alma y luz en el alma.
JFAS 27-02-2025
https://n9.cl/c83om
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Autor:
JFAS (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2025 a las 15:13
- Comentario del autor sobre el poema: Aquí una versión musical https://n9.cl/c83om
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, alicia perez hernandez, EmilianoDR, ElidethAbreu
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