LA ALIENACION DE LOS ASTROS EN EL ENCUENTRO CON ELLA

Que bella eres, dijo y ella responde con cierta arrogancia. Ya lo sé y sonrió de una forma que invitaba, más allá de su arrogancia. Tienes linda sonrisa, ¿también lo sabes, dije?, Sí, respondió ella siempre me lo dicen del mismo tono y usando las mismas líneas, sacadas del viejo manual de seducción, nadie más. ¿Me dejas intentar ir, por otro causes inéditos?

¡Dios mío!, dije ¿Llego en mal momento?, ¿Esperas a alguien?, No dijo ella, pero si espero algo que no se parezca a lo cotidiano. Que no sea copias de otras copias, Woowwww, dije, parece que el erizo está a la defensiva en modo de ataque. ¿Podemos, reiniciar la charla, por donde la tarde nos sea propicia?, cambiando al erizo por una tierna golondrina cansada.

La charla desecho el mal rato de inicio y cual, si fuera borrador, quedo en el olvido y extendiendo su mano dijo su nombre y El sorprendido, dijo; igual que ese puerto del caribe.  ¡Exacto! Dijo ella. Que coincidencia, respondí.  Yo también llevo el nombre de mi ciudad y de una gran ave libertaria. Mientras el universo alineaba los astros y daba el siguiente paso.

La tarde se estaba ocultando, acechando a la noche y el vino se hacía canción, cuando ella dijo ¿y que traes ahí?, Mi guitarra dije. ¿Tocas guitarra o solo la transportas?, dijo con cierta picardía. Las dos cosas dije y la uso para seducir la noche y lo que se encuentre en ella y las invito a ver amanecer desde mi terraza. Mientras le canto canciones al ritmo de la noche.

Llévame a ver el amanecer, dijo ella, con la complacencia del vino, la noche, mi perro y la guitarra.  Se acurrucó tiernamente triunfando el sueño. Aparte su pelo del rostro mientras  cantaba su canción: … Suave y pequeña, con alas blancas, Yo ni te miro, para que duermas Y no te vayas … Tu tiempo es…. ahora una mariposa, navecita blanca, delgada, nervios …

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO

LA ALIENACION