Armas mortales,
Que quitan la vida,
O hieren.
Con cabeza,
Muchas veces, se utilizan,
Para cocinar,
Cortar productos,
Que, al guiso,
O fritada agregar,
Nada quita que accidental,
Un corte surja,
Nada importante,
O no.
Pocas veces,
Con maldad,
Utilizados son,
Para matar,
Herir o asesinar,
A personas inocentes,
Que no merecen morir,
Sino vivir.
Muchas personas,
Con miedo la portan,
Y en un momento,
Inesperadamente,
Un tumulto se forma,
Y las navajas,
O cuchillos,
A relucir salen,
Heridas graves,
Se producen,
O la muerte,
Sin esperarla.
Son peligrosas,
Salvo para comer,
Cortar hortalizas,
O similar,
Jamás fueron hechas,
Ni por asomo,
Para daño causar.
Cabeza, hay que tener,
Para el porte,
Y uso culinario.
Mucho cuidado,
Hay que tener,
Con las armas citadas,
Tan solo utilizar,
Para el bien,
Y nunca para el mal,
Porque a la cárcel,
Ingresarás
Después, arrepentirá.
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Autor:
Adoradom (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2025 a las 15:58
- Comentario del autor sobre el poema: Dejar las navajas y lo prohibido en casa, y no utilizarlas nunca, salvo para lo que se utilizan, los jovenes poco maduros, se buscan la ruina en una locura, cuando se produce una pelea.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: pasaba, alicia perez hernandez
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