En el aula del silencio, el hombre aprende,
a esculpir su ser en la roca de la soledad.
No mendigo de afectos, sino arquitecto de su destino,
sabe que la compañía es opción, no necesidad.
Carga el peso del mundo, paso a paso, desde el cero,
construyendo su fortaleza en el crisol de la adversidad.
Pero, ¡oh, paradoja del alma!, ¿cómo no sucumbir al encanto,
de esa dama que ilumina el laberinto de la existencia?
Ella, el secreto que da vida a la esencia del ser,
el agua que sacia la sed del espíritu errante,
el sueño del que el corazón no osa despertar,
temiendo morir en la aridez de la vigilia.
Así, entre la soledad aprendida y el amor deseado,
el hombre navega en el océano de la dualidad,
buscando el equilibrio entre la autosuficiencia y la entrega,
entre el silencio del yo y el eco del nosotros.
En cada verso, una imagen, un eco, una sombra,
que invita a la reflexión, a sentir más allá de las palabras.
Que cada lector, en su propia mente, dibuje el paisaje,
de este viaje del alma, entre la soledad y el amor.
JTA.
-
Autor:
jtaltuve (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2025 a las 23:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.