El Bailarín

Henry Joel



Nací para el ritmo, para el compás,
para danzar sin miedo al azar

 

Como buen bailarín,
seguí el pulso de la música,
a veces en tonos suaves,
otras, en notas delirantes

 

Pero seguí bailando, sin detenerme,
como el que nada tiene que perder
o como el que anhela volver
a ser quien era antes

 

Cada paso me llevaba más hondo,
a un rincón desconocido en mí,
y me atreví
a mirarme en el espejo

 

Vi lo largo del camino,
y lo breve del destino,
pero me aferré con fuerza
a mi sombra en el suelo

 

No me oculté en la soledad,
seguí bailando frente a todos,
impoluto, atrevido y sin miedo

 

Como quien danza con el alma,
al son de un ritmo puro,
capaz de apagar el fuego.

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