Pienso en el primer alimento
en todos los metafísicos que me embargaron
en cómo perdí la calma contra mí mismo
en cómo cerré las puertas entre gritos y silencios
Bendito sea Dios que existe la melancolía
bendito sea porque puedo ver mis pasos
las paredes con espuma y coágulos de bilis
las pinturas sordas por tanta indiferencia
Qué es esta condición de hombre que añora y añora
qué estas líneas de las manos que no pueden reflejar todas las caídas
qué este presente que quiere abarcarlo todo y se figura como un cirio
dónde está la sensación de protección que ahora contra mí niego
Aniliquilador de ternura
ciego sin reloj y sin medida del tiempo
necio y testarudo
adolorido y sin buenos recuerdos
quizás solo se trate de un consuelo
un pequeño y cálido consuelo
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Autor:
Allen Andree (
Offline)
- Publicado: 5 de marzo de 2025 a las 13:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: yunque
Comentarios1
No hay mejor consuelo para uno que uno mismo, y también el peor enemigo.
Aveces se grita y ya no hay garganta, no vuelve el eco
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