Te vistes de seda
como canto de sirena
y fui hallando sobre
tu boca embelesada
tres hojas de laurel
como adorno.
Fui cocinando mis miedos
cuando tus muslos hirvieron
con el aceite de la luna llena
la belleza de su color
se impregnó sobre tu piel.
Aquellos ojos de ébano
le dieron sabor a mi caldo de nostalgia
y con una pizca de alegría
fileteé mis suspiros con tus manos.
Y allí te encontré
desposado en mi parrilla
con tu olor primaveral
con tu alma danzando con el viento
y el sabor de tu amor en mi boca.
Y di el primer bocado,
brindé con exaltación,
di el segundo bocado,
degusté tu corazón,
y al finalizar mi hazaña
lo serví en mi comedor,
y con la gracia que me caracteriza
en mi boca te hice el amor.
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Autor:
David Pech (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 5 de marzo de 2025 a las 17:57
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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