Manual Para Sobrevivir
1. Despierta.
No importa si quieres o no,
el reloj no entiende de dilemas metafísicos.
El mundo sigue girando,
y tú no eres más que un pasajero invisible.
2. Finge.
Sonríe al vecino que nunca recuerda tu nombre,
di "estoy bien" aunque te ahogues en mierda.
Si preguntas "¿cómo estás?"
no esperes respuesta, nadie la quiere dar.
3. Trabaja.
Corre en la rueda del hámster,
cómete el almuerzo en tres bocados,
ríete de los chistes del jefe,
finge que tu vida es un "paraíso"
y no una celda con ventanas.
"Pero al menos tengo un propósito..."
No, querido, tienes un sueldo.
4. Consume.
Compra la felicidad en cuotas sin intereses,
llena el vacío con marcas y etiquetas,
haz de tu existencia un catálogo de ofertas.
Si todo falla, recuerda:
un café de cinco dólares
es más barato que una terapia.
5. Ama (si puedes).
Encuentra a alguien que llene tu cama
y tal vez—con suerte—
tu alma.
Pero no te encariñes demasiado,
el amor es un contrato con fecha de expiración.
"¿Y si quiero algo real?"
Prueba con un perro o un gato.
6. Piensa (pero no mucho).
El mundo prefiere idiotas felices
que filósofos hambrientos.
Si dudas demasiado, serás un paria,
si cuestionas, serás incómodo.
Si entiendes demasiado,
bienvenido al club de los cínicos.
7. Duerme.
O intenta.
El insomnio es la penitencia de los que sienten.
Cuenta ovejas,
toma pastillas,
o deja que el ruido del mundo
te arrulle como una nana siniestra.
8. Repite.
Mañana es otro día,
el mismo absurdo con distinto nombre,
pero el mismo apellido.
"¿Y si no quiero seguir?"
Hazlo de todos modos,
nadie te ha preguntado.
Pero tranquilo,
no eres el único.
Hay millones como tú,
riendo sin ganas,
amando sin fe,
viviendo porque la vida lo ordena.
Y cuando al fin entiendas
que la libertad es solo un espejismo,
te quedarás en silencio,
mirando el techo,
como todos los demás,
pero tranquilo,
mañana será otro día
y nos vuelve a joder con sus tentáculos
en su ciclo interminable.
Pero, tal vez, en alguna de esas grietas
que el sistema no ha podido sellar,
exista algo diferente,
algo que no puedas tocar,
pero que te jale como un anzuelo olvidado,
una promesa sin cumplir,
pero que sigue allí,
en el borde de tu conciencia,
mientras sigues adelante,
porque aún no sabes si puedes dejar de vivir
o si alguna vez lo hiciste,
mientras te afeitabas.
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Autor:
William26🫶 (
Offline)
- Publicado: 6 de marzo de 2025 a las 00:04
- Comentario del autor sobre el poema: En este poema, quise reflejar la rutina diaria como una jaula invisible en la que nos mantenemos atrapados, atrapados por las expectativas sociales y nuestras propias mentiras. Utilizo un tono irónico y desilusionado para mostrar cómo nos empujan a seguir adelante, sonriendo, consumiendo y trabajando, mientras nos venden una felicidad que nunca llega a ser real. Hablo de cómo, a pesar de todo, siempre hay una pequeña grieta, una sensación persistente de que hay algo más allá, algo que nunca logramos tocar, pero que sigue ahí, empujándonos a seguir en este ciclo interminable. A veces siento que la libertad es solo un espejismo, pero, de alguna manera, esa grieta sigue siendo la que nos mantiene buscando, aunque no sepamos si podemos dejar de vivir o si alguna vez lo hicimos.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Josué Gutiérrez Jaldin, Hugo Emilio Ocanto, Alfonso J Paredes, alicia perez hernandez, JUSTO ALDÚ
Comentarios2
Magnífico poema, poeta.
Felicitaciones.
Saludos.
Hugo Emilio.
Gracias amigo por pasar por mi rincón...un saludo 👋 cordial.
creo que lo lograste bastante bien.
saludos
Gracias por tu comentario...saludos.
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