Diario (06 de marzo 2025)

Matias 01

¡Ah soledad! Hembra furiosa, cuchillo en mano

te encaramas a la cumbre

de este altivo falo

que se niega a ser el tamaño de un hombre,

el retrato arrinconado

o el número sumido al silencio de su nombre.

 

Una mariposa vuela alrededor y parecería

burlarse de nuestra intimidad,

luego se aleja a través de la ventana

hacia el parque donde el bullicio y la luz reducen

a la oscuridad...

 

Fue un error detenerme debajo de tu vientre,

hundirme

entre tus piernas y enterrar mi corazón.

Y es un error extrañarte ahora, no has curado

nada en mí,

pero me has desnudado incesantemente

de día y de noche

mientras ha ido creciendo la hierba verde

y mortal de tu ternura.

 

¿Por qué? ¿Qué hice? Sabrás que alguna mañana

no habré de levantarme

y entonces tu amaras mi sombra

debajo del sol frío de la noche

y toda tu risa se irá detrás de un nuevo pobre.

 

Pero aquí me tienes ¡soledad!

y puedo mirar la vida en una sola línea,

como si sembrara en la tierra

lo que ha de dar frutos en algún lugar del aire

mañana,

mientras tú te vas deslizando, lentamente,

a las afueras del final del sueño.

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