SONRIE
Mis manos son viajantes sin mapa, exploradores de un territorio que conocen de memoria pero que siempre les parece distinto. Me descubro como si fuera la primera vez, como si mis dedos trazaran senderos nuevos sobre mi propia piel. Cada roce es un incendio breve, un relámpago contenido en la yema de los dedos, un hechizo que me devuelve al centro del deseo.
El aire es denso, cargado de promesas sin palabras. Respiro hondo y en el exhalo, mi piel se estremece como la tierra antes de la tormenta. Me enredo en mi propia sombra, soy el cazador y la presa, el vértigo y la caída, el eco de un gemido ahogado en la penumbra.
El ritmo crece, sube como una marea hambrienta. Soy un río desbordado, un incendio en la madrugada. Mis labios buscan el sabor del abismo, mis manos se aferran al instante antes del colapso, a la sensación de vértigo que anuncia el final. Y cuando el tiempo se rompe y todo se sacude, me pierdo en mí misma, en este océano de sensaciones que me reclama entera.
Luego, el silencio. Un suspiro largo, un cuerpo rendido, la piel aún latiendo con la memoria del fuego. Me quedo ahí, enredada en mis propios brazos, como un poema sin dueño, como un secreto que solo yo conozco. Haciéndome el amor… hasta el último aliento.
MAQUIAVELICA
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Autor:
MAQUIAVELICA (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 6 de marzo de 2025 a las 11:31
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago AlboHerna, nachosol, Poesía Herética, alicia perez hernandez, yunque, EmilianoDR, Freddy Kalvo
Comentarios3
la poesía es excelsa, las metáforas muy acertadas y sublimes, la narrativa extraordinaria, el erotismo brutal. Felicitaciones Maquiavélica, logradísimo poema...
Fuegooo que se quema el rioo!!!
Joder que travesía por ese océano de fuego , desde que empiezas con los juegos hasta que llegas al orgasmo.
Pero con una sensualidad tan melancólica al mismo tiempo.
Entre abismos, tormentas , promesas y secretos , todo un laberinto de sensaciones
Apasionadamente hermoso
¡Fascinante...envolvente!
Un abrazo fraterno.
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