Sobre la tela de una araña

Lambdasan

Una araña negrizca viene a mi en cada ocaso

en pos de envenenarme la aturdida conciencia,

sumiendo en grises telas mi orgullo, nunca escaso,

y engulléndome el alma con temible paciencia.

 

Anida en lo profundo del pecho dolorido,

gatea entre las notas de una voz resentida,

observa impertinente mi estomago encogido

y trepa por la sangre que circula perdida.

 

Al terminar su hacienda,se fuga silenciosa,

con lentas retiradas en demorada marcha,

memorizó un camino de vuelta arrebatosa

para seguir llenando mi corazón de escarcha.

 

Despierto entonces solo en tu sucio apartamento,

recuerdo que moriste con la araña que siento.

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