Yo pensé en un principio para todo,
un principio que acaba en un final,
siendo el tiempo medida de un periodo.
Y al nacer un propósito especial,
quedará sin transfondo en la memoria
y en los laudos de amorfo tribunal.
Hay empeños que dejan triste historia,
sin temor a los juicios de los credos
ni a grilletes que pone la pretoria.
Pero llega el final de los sangredos
pues por ley, todo pasa, todo llega,
y es entonces cuando aparece el miedo,
ese miedo que encoge, que doblega,
sin quedar nada ya que lo compense
pues la última justicia ya no es ciega.
Lo que pasa, solo pasa en suspense
mientras llena esos negros corazones
que se agotan en números circenses,
pero es útil en legados de guiones
para adeptos a signos y las huellas
que pisan ignorantes y bufones.
Y pensé en las figuras de parellas,
por nacer como piedras de celerios
donde siempre anidaban las sisellas,
monolitos carentes de misterios
que podían ser lienzo de un cincel
para losas de un pulcro cementerio,
y pensé que si hay sal en un pastel,
no se nota al fundirse por la masa
pues se queda entre vacuos a granel.
Jhet
-
Autor:
Fany María (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 7 de marzo de 2025 a las 09:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Carlos Armijo Rosas...✒️, Ricardo C., La Hechicera de las Letras, Lualpri, Poesía Herética, EmilianoDR
Offline)
Comentarios3
interesantes tercetos encadenados...jejeje
Hay algo de amarga sabiduría en tu escritura, como quien se asoma al borde del abismo sin temerle, aceptando que la vida, con su brutalidad descarada, solo nos deja las huellas de lo que perece.
Algunos versos son impactantes, golpean como un látigo, exigiendo que el alma que aún resiste se detenga y se adentre en lo que muchos evaden.
Lo que se queda, lo que perdura, es ese suspenso entre lo que fuimos y lo que dejamos. La ironía de todo, ese sal en el pastel que se disuelve sin dejar rastro, como si nunca hubiera existido. Es en esa pequeña grieta donde el peso de lo vivido se hace ligero.
La Bruja Irreverente.
Algo que aquí no veo en costumbre es que se lea. No solo se mire. Y por ser algo muy raro, se agradece mucho.
Me acostumbré a lo de los viernes donde al menos, había una sátira fina, y reconozco que aún queda cierto impulso que hay que frenar un poco.
Lo paradójico, es como se llenan la boca, con que hayan escritos de calidad, de tener aprecio por las letras… pero a la hora buena, el aplauso va para los garabatos con horrores ortográficos y contenido con más aire que sustancia. Será que la profundidad asusta o que la moda es coleccionar frases banales con faltas de respeto a la gramática. En fin, cada quien con sus gustos… y sus tropiezos.
De igual modo es una lástima que algunos reconocimientos solo lleguen cuando ya no hay a quién entregarlos.
La Bruja Irreverente.
Las excusas convenientes para ocultar necesidades primarias o complejos, son habituales en grupos.
Procesos inocuos en general, pero en algunos casos, algunas necesidades y complejos son de tal magnitud, que generan graves envidias y odios terribles hacia lo valioso. Y será perseguido.
Coincido. No es solo cuestión de gustos, sino de necesidades y carencias, que llevan a algunas almas a rechazar lo valioso, ya sea por envidia o por incapacidad de sostenerlo. Cuando algo resalta demasiado, no solo es ignorado, sino que a veces se convierte en un blanco. La mediocridad es como una plaga, se protege a sí misma y lo que le incomoda, se ataca. Es un patrón tan viejo como predecible.
No es raro que quienes se sienten amenazados por el talento, la inteligencia o la profundidad intenten desacreditarlas o minimizarlas. También hay apatía, conformismo o simplemente una falta de criterio para distinguir lo valioso de lo trivial.
La Bruja Irreverente.
Jhet, un poema que resuena en el portal con un lenguaje que llega.
Saludos y gracias.
Sr. Emiliano, es un gusto verle de nuevo. Gracias por su tiempo.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.