Gabriela, mi estrella, mi flor encendida,
perfume que endulza la amarga caída.
No creas que el mundo te hizo pequeña,
ni que su sombra tu luz desdeña.
Eres la rosa que en piedra florece,
la llama que danza cuando el viento crece.
Donde otros perecen, alzaste raíz,
donde todo muere, tú sabes vivir.
Te miran, te juzgan con ojos de hielo,
te creen vencida, sin rumbo en el cielo.
Mas cuando te alzas, su asombro es su pena,
y tiemblan los necios que en ti ven su condena.
El frío te azota, la vida te embiste,
mas todo lo tornas en fuego que insiste.
Te forjas del llanto, del lodo, del daño,
del grito que hiere, del cruel desengaño.
Por eso, Gabriela, mi orgullo y mi vida,
tú eres la flor que jamás se olvida.
Eres la rara, la eterna, la fuerte,
la flor que en la sombra renace y no muere.
Para mi hija Gabriela.
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Autor:
El Corbán (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 7 de marzo de 2025 a las 15:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Alfonso J Paredes, EmilianoDR, alicia perez hernandez
Comentarios2
Felicito a Gabriela y a su orgulloso padre.
Saludos cordiales amigo El Corban.
Gracias mi estimado, un saludo fraterno a la distancia.
Loas a tu hija del alma poeta El Corbán.
Delicia de lectura.
Gracias por tan lindo comentario, espero que estés teniendo un bonito día, saludos.
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