En la luna sangrante, su pálido llanto,
se dibuja en la sombra de un eco mortal,
susurra el destino con frío quebranto,
sus versos de sangre no encuentran final.
Los ríos de luto desbordan la mente,
caminos de muerte los siguen detrás,
y el pulso en la piel, errante y doliente,
susurra plegarias de un crimen fugaz.
Las rosas marchitas, que un día fueron vida,
se hundieron en tumbas de eterno dolor,
las manos que un día tejieron heridas,
aún tiemblan sedientas de pena y rencor.
Los pasos resuenan en calles desiertas,
fantasmas ocultos despiertan en él,
y un eco sombrío se ahoga en sus puertas,
tejido en las sombras de un negro laurel.
La luna es testigo de un pacto maldito,
la sangre es la tinta de un verso final,
y el eco olvidado de un crimen maldito,
susurra en la noche su juicio infernal.
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Autor:
Miguel Ángel Peñafiel Miranda (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 7 de marzo de 2025 a las 15:38
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Alfonso J Paredes, ElidethAbreu, EmilianoDR
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